¿Conoces el Contrato Único? ¿Es un problema o una solución?
¿Conoces el Contrato Único? ¿ Es un problema o una solución?
No es normal que desde que España inicio su democracia, seamos un país tan volátil en los datos de paro, ya que en época de crecimiento los países europeos tienen tasas de paro del 5%, y en cambio en España, continua cercana al 10%, y por el contrario en épocas de crisis, mientras España supera el 25% de paro, en Europa las tasas no superan el 15%.
Tampoco es normal que los índices de creación de empleo fijo, no superen el 10%, es decir, de cada diez empleos, nueve son temporales y uno es fijo. En España, la temporalidad de los contratos viene acompañada de la palabra “precariedad”, siendo los sectores como las mujeres, los jóvenes o los inmigrantes a los que más emplean para esos contratos temporales.
La brevedad y las condiciones de los contratos temporales, son en parte los causantes de la volatilidad de los datos de paro, la menor productividad y la mayor duración media del desempleo.
Con todo ello, en España nos encontramos con una dualidad grave, muy grave en el mercado laboral, existiendo dos grupos muy diferenciados de trabajadores, los de primera clase, también llamados fijos o indefinidos y los de segunda clase, llamados temporales.
Los fijos o indefinidos, están sobreprotegidos, haciendo que se reduzca el incentivo de alcanzar una mayor productividad por parte del trabajador.
Los temporales, carecen casi de protección, proliferando los contratos con condiciones precarias, en salario y en horas especialmente. La temporalidad de los contratos hace que ni el empleador tenga la intención del formar al empleado, ni el empleado tenga la motivación de dar lo mejor de sí, ya que su vida en la empresa, tiene fecha de “caducidad”.
Con esto conseguimos que se haga realidad una paupérrima premisa, “Para la empresa es preferible despedir a trabajadores más productivos pero menos protegidos (temporales) que a trabajadores menos productivos pero más protegidos (fijos)”.
Es importante recordar la función de Cobb-Douglas, donde Q es la producción total, A es la productividad, T es el factor trabajo, K es el factor capital, y donde a y b son las elasticidades de trabajo (T) y capital (K).
Q = A Ka Tb
Ya que si analizamos está función de forma comparativa entre Alemania, Inglaterra y España, vemos como, a pesar de tener unos factores de Trabajo (T) y de capital (K) similares, la producción total es muy dispar. Es aquí donde vemos el enorme lastre que es para nuestra economía, los niveles tan bajos de productividad que tenemos, y que al fin y al cabo, provocan que a pesar de tener unas variables de trabajo y capital similares que nuestros “vecinos”, tengamos una producción total muy inferior a la suya.
Por todo lo anterior planteado, hay que buscar una solución para mejorar la productividad, dar mayor estabilidad al trabajo, mejorar la formación de los empleados, acabar con la dualidad de sobreprotección para algunos y de infraprotección para otros, simplificar el conglomerado de contratos de trabajo que hay (cerca de 100 tipos diferentes incluyendo deducciones, excepciones y contratos especiales)…etc.
En resumen conseguir que en nuestro mercado laboral no exista la precariedad, y sea un mercado laboral atractivo para empresas extranjeras.
Observando estos antecedentes, y viendo que ya no sirven parches ni soluciones a corto plazo, hay que plantearse cambios estructurales. Ya comenté hace meses, que la idea de los contratos minijobs me gustaba, ya que daba flexibilidad a situaciones extraordinarias del mercado.
Pero en este caso, no quería hablar de los minijobs, sino del contrato único. No es un parche, ni un milagro, ni una medida que va a crear empleo de forma inmediata, pero sí es una solución que a corto-medio plazo va a dar un giro a nuestro mercado laboral, minimizando los problemas antes mencionados, y ayudando a la creación de empleo, aunque repito no de forma inmediata.
El contrato único hace desaparecer las casi 100 modalidades diferentes de contratos que hay, convierte todos los contratos a un mismo tipo, dando más protección a los contratos temporales (el 90% de los que se crean) y menos protección a los indefinidos, ayudando a la productividad general del país. Daría más estabilidad al empleo, evitando grandes fluctuaciones, a la postre desequilibran las cuentas públicas.
¿Hará más barato el despido? El contrato único y el despido son cuestiones diferentes, aquí hablamos de garantizar un nivel de protección medio igual para todos los trabajadores. La indemnización por despido, sería creciente, en función de la antigüedad del empleado, sin diferenciar entre temporales e indefinidos. Con ello conseguimos, que se premie al productivo, sin necesidad de lastrarle por el tipo de contrato que tenga.