Unión Europea: El intervencionismo no es la solución
Cada vez es más evidente el extremado carácter intervencionista de la Unión Europea. Esta nació con el objetivo último de crear un supraestado formado por cada uno de los países que se vayan integrando.
Hasta ahí parece todo correcto, el problema radica en dos aspectos:
En primer lugar, cada Estado que se va integrando a la UE va cediendo parte de sus competencias a la institución europea. Especialmente, la cesión de la política monetaria y de la política económica. Esto ha provocado, que en materia económica, los países hayan perdido gran parte de su autonomía.
En los últimos años, con la crisis financiera que existe en la UE, ésta ha conseguido imponer a los países con más problemas, un política fiscal. Esto supone casi el fin de la autonomía económica de muchos de los países periféricos como Portugal, Grecia, Irlanda o España.
Unido a esto, aparece el segundo problema, el que los países que integran la UE no se parecen en nada entre sí, económicamente hablando. No puedes pretender llevar a cabo una política monetaria y economía única para todo el territorio de la UE cuando hay países con diferentes ritmos de crecimiento, diferentes niveles de paro o simplemente con una diversa ponderación de sus sectores (primario, industrial y servicios).
Ni España debe de seguir los niveles de crecimiento de Alemania, ni Estonia los de España… Podríamos decir que nos encontramos con 3 subgrupos diferentes de países:
- Países Motor Crecimiento: Esencialmente, Alemania y los países escandinavos.
- Países en crecimiento y expansión: Estonia, Lituania.. normalmente países procedentes de la antigua URSS
- Países con problemas de estabilidad y endeudamiento: Italia, Francia, España, Portugal…
Inicialmente están los países “motor crecimiento” encantados con la actual UE, ya que en muchos casos a pesar de que sean países que ayudan económicamente al resto, lo compensan con sus exportaciones al resto de países de la UE sin aranceles. Su poderosa economía, en especial tejido industrial, les permiten exportar de forma masiva y competitiva, logrando enormes beneficios en sus balanzas comerciales. Como dirían muchos analistas, la UE fue creada como un mercado para que Alemania comercializara sus productos sin competencia (China y USA deben pagar aranceles).
A continuación nos encontramos con los países “en crecimiento y expansión” nuevos en la institución, y se benefician de las ayudas de la Unión Europea (Fondos de Cohesión) para mejorar sus estructuras productivas. Si no aprenden de las experiencias vividas por otros países como el nuestros, es probable, que muchos de ellos, acaben, en el “tercer grupo” (problemas de estabilidad y endeudamiento).
Por últimos, tenemos los países “con problemas de estabilidad y endeudamiento”, son países que han vivido por encima de sus posibilidades, que se han beneficiado de los fondos de cohesión de la UE, sin saber aprovecharlos, ya que ni son ahora más competitivos, ni tienen mejores entramados empresariales ni han conseguido evitar endeudarse. Personalmente creo, que esto ha ocurrido porque hemos intentado “imitar” a Alemania, y por unas u otras circunstancias, lo hemos conseguido temporalmente. Pero los espejismos duran poco, y en economía mucho menos.
Con todo lo anterior, se entiende que sea imposible buscar una solución única para los problemas económicos de la UE, y mucho menos con las mismas políticas monetarias y económicas. De seguir por el mismo camino, al igual que adelanto Margaret Thatcher hace 20 años , la UE está predestinada al fracaso. Sólo se podrá evitar esto, cuando desde la institución europea se tengan en cuenta las singularidades económicas y sociales de cada país, que hasta el momento poca atención las han prestado. El intervencionismo no es la solución.